por Ana Bastida | Ene 24, 2023 | Web |
Los estilos de comunicación hacen referencia a la forma en la que los seres humanos compartimos información con el mundo que nos rodea. A pesar de no ser conscientes, pasamos la mayor parte del tiempo comunicándonos, pero no sólo a través de nuestras palabras. La expresión no verbal, la mirada, el tono de voz, nuestra postura corporal hacia los demás, también son maneras de intercambiar información. Estos estilos de comunicación se dividen principalmente en tres categorías: el estilo agresivo, el estilo pasivo, y, por último, el asertivo. A través de ellos, mostramos nuestra identidad y debemos ser conscientes de cúal es la imagen que presentamos de nosotros al mundo. Saber identificarlos y regularnos en función del contexto es necesario para mejorar la calidad de nuestras relaciones interpersonales. Estilo agresivo Se caracteriza por una dinámica de poder en la que una persona tiene el poder absoluto sobre la otra y sobre la situación. Es un intento en sí de influir y manipular a los demás con el fin de ganas y carece de habilidades para poder comunicar información valiosa de manera eficaz. En este estilo, predominan las amenazas, las acusaciones directas o reproches. También están presentes los sarcasmos o los mensajes teñidos de prepotencia. Asimismo, los elementos no verbales que acompañan a este tipo de discurso suelen ser: expresión facial de enfado, mirada fija, tono de voz elevado, tensión muscular, postura intimidatoria… Estilo pasivo Este estilo se basa en la no expresión de necesidades, opiniones o sentimientos propios y priorizando los de los demás por un intenso miedo a ser rechazado. Su objetivo es agradar a los demás o evitar...
por Ana Bastida | Nov 14, 2022 | Web |
El Trastorno de Ansiedad Social (TAS), también conocido como Fobia Social, viene caracterizado por un intenso miedo y elevada ansiedad durante al menos seis meses, ante determinadas situaciones sociales donde la persona se expone a ser valorada de forma negativa por los demás (APA, 2013). Las personas con sintomatología de TAS llevan a cabo conductas de escape y evitación en este tipo de situaciones, con el fin de reducir su malestar pero generando consecuencias funcionales tales como impedimentos a la hora de trabajar, mantener relaciones y vínculos emocionales, oportunidades y nuevas experiencias, mermando así, la capacidad y autonomía del individuo (APA, 2013; García 2013).Los principales factores que acompañan a la aparición de este trastorno están relacionados con relaciones con los iguales, características de personalidad del propio niño, así como eventos estresantes experimentados por el individuo. Asimismo, se cree que los condicionamientos vicarios y clásicos, transmitidos por el familiar -estilos parentales de educación o patrones de conducta de los padres-, tienen un peso significativo en el aprendizaje y el mantenimiento de este tipo de fobia (García, 2013). Así, se evidencian características temperamentales premórbidas -inhibición, sumisión, timidez, retraimiento o asertividad inadecuada- en la niñez, las cuales suelen preceder al desarrollo del TAS (Hirshfeld-Becker et al., 2007). Sin embargo, será en la etapa adolescente, donde exista mayor riesgo de desencadenar esta sintomatología (Lerner & Steinberg, 2013).En cuanto a la epidemiología del TAS, la prevalencia estimada varía en función de la edad, decreciendo cuanto mayor es el individuo (APA, 2013). Muchos estudios revelan que el inicio de este trastorno, oscila entre los 13 y los 17 años, etapa en la que se produce...
por Ana Bastida | Sep 27, 2022 | Web |
1. Falta de seguridad o miedo a proponer nuevos proyectos. Hay personas que inconscientemente se ponen una autocensura que les lleva a no transmitir sus ideas al entono laboral por el miedo a ser rechazadas o evaluadas negativamente. A veces, directamente hay una tendencia a no generar esas ideas. Debemos recordar que la proactividad nos aporta muchas ventajas. 2. Dificultad para asumir nuevos retos o propuestas que implican retos. Las personas con una autoestima baja tendrán la convicción de que no van a hacerlo bien. Lo que dificulta el buen desempeño de la tarea, e incluso el inicio de la misma. 3. Tendencia a generar malas relaciones con los compañeros de trabajo motivadas por no saber decir “no”. Las personas con baja autoestima como no quieren ser rechazadas o no saben cómo parar los “aprovechamientos” de otros trabajadores, comienzan a asumir tareas ajenas, pero como no saben decir que no (“no me corresponde”, “no tengo tiempo”, “no es mi función”…), conlleva que nos quedamos con rabia de estar haciendo cosas que no nos pertenecen. Así, la proyectamos a nuestros compañeros y eso genera distanciamiento hacia ellos, relaciones laborales frías o falta de entendimiento. 4. Dificultad para ascender a nivel jerárquico. En estos momentos se deben poner en marcha ideas que no siempre están al gusto de todos. Las personas con baja estima tienen por definición el deseo de agradar, por lo que, como estos puestos implica disgustar en ocasiones a ciertas personas, evitan estos movimientos. 5. Dificultad para tomar decisiones en el puesto de trabajo. Esto está relacionado con la exigencia. Las personas con baja autoestima tienden a tardar...
por Ana Bastida | Jun 13, 2022 | Web |
Cuando algo irracional nos provoca ansiedad, esta sensación es tan fuerte y desagradable, que la persona lo que hace inmediatamente es tratar de neutralizar ese malestar evitando la situación o el pensamiento que le está generando la misma. Estas “soluciones”, crean un alivio a corto plazo, pero al poco tiempo la ansiedad siempre vuelve a aparecer, con lo que esa solución no suele ser efectiva. Existe un pico de ansiedad, donde la misma se experimenta como su “máximo apogeo”. Si ese pico se aguanta, sin llevar a cabo ninguna conducta de evitación (salir rápido del lugar que crea malestar, evitar una conversación desagradable, no salir de casa, beber…), sin escapar de la ansiedad, ésta inevitablemente comenzará a descender. La ansiedad no sube hasta un punto insospechado, siempre tiene un máximo, y una vez llegado a él, si no hacemos nada por disminuirla, bajará sola: Imagen de @psico.didacta Este proceso se llama habituación. El cerebro se acostumbra a tener ese miedo, pensamiento intrusivo, recuerdo… y se da cuenta de que sin hacer nada, deja de crear ansiedad, sin necesidad de hacer ningún ritual para evitarlo. Así, le estamos diciendo a nuestro cerebro: ¡no te asustes! Esto no es peligroso, porque sin hacer nada, la ansiedad desaparece, de forma...
por Ana Bastida | May 2, 2022 | Web |
Las experiencias tempranas que vivimos en nuestros primeros años de vida son vitales a la hora de construir nuestra identidad. Existen cinco heridas emocionales que las personas podemos sufrir en la infancia, las cuales dejan su propio rasgo característico en la adultez. Conocerlas es importante para poder sanarlas, aunque a veces resulte difícil saber dónde mirar para detectarlas. – Miedo al abandono: generaría dificultades para manejarnos por nosotros mismos y hacer algo solos (ej. pedir muchos consejos a los demás). El miedo más característico es el de la soledad, la cual nos hace ser dependientes de otras personas y necesitar su apoyo constante.– Miedo al rechazo: miedo a que nos cualifiquen como personas que no valemos nada. Miedo a que se vea que tenemos baja autoestima. Estas personas, se sienten aisladas y están convencidas de que, si no existiéramos, tampoco nos supondría una gran diferencia. Si en la infancia no nos aceptaron y validaron lo suficiente, crecemos con la idea de que nadie va a hacerlo, nunca nadie nos va a apoyar por tal y como somos. – Herida de la injusticia: Miedo a parecer imperfecto ante los ojos de los demás. Se muestran dinámicas y vivas, aunque estén agotados. Raramente admiten que tienen un problema o que algo les molesta. Suelen ser autosuficientes y con tendencia a parecer perfecto. Esto es muy pesado para la autoestima. La constante autoexigencia, impide mostrar cómo estas. Todo tiene que ser justo, justificado y justificable.– Herida de la humillación: cuando una persona en la infancia ha sido humillada por uno de sus progenitores por haber experimentado placer con alguno de sus sentidos....