¿Amor o dependencia emocional?

Los seres humanos somos sociales por naturaleza, mostrando una predisposición evidente por el acercamiento afectivo. A través de las diferentes relaciones interpersonales establecidas, buscamos el apoyo y la empatía de nuestro entorno, para poder enfrentarnos a los diferentes desafíos de la vida.  En personas que muestran dependencia emocional se puede apreciar que constantemente buscan el apoyo por parte de un otro delegando de esta manera un gran control sobre su propio nivel de bienestar. Teniendo en cuenta lo mencionado, ¿qué es entonces la dependencia emocional? A rasgos generales se puede definir la dependencia emocional como la necesidad excesiva y constante de afecto, presencia y aprobación por parte de otra persona para poder sentirse mejor consigo mismo. A través de las relaciones de pareja, amistad o familia, satisfacen y compensan el vacío generado por una necesidad afectiva no cubierta, que a su vez, repercute en la sensación de ser incapaz de funcionar sin la presencia de dichas personas en su vida.  Este funcionamiento acaba afectando a las relaciones puesto que uno no es responsable de los propios sentimientos y autoestima, delegando así su bienestar en el otro y favoreciendo con ello, la incapacidad de mostrar un autocontrol y un distanciamiento saludable.  Partiendo de las características propias de la dependencia emocional, ¿cuáles son las causas que facilitan su presencia? La dependencia emocional es un rasgo de la personalidad que tiene un origen multicausal, ya que son varios los factores que predisponen su presencia, siendo los siguientes algunos de los más frecuentes: Sobreprotección parental. Esto dificulta el desarrollo de una adecuada autonomía e identidad propia, lo que facilita que deleguen en los demás...

La indecisión ¿Cuándo se convierte en un problema?

Las decisiones son actuaciones que llevamos a cabo con el fin de poder conseguir una serie de metas u objetivos acordes con nuestros valores. En base a esta premisa, la toma de decisiones es algo que de manera consciente e inconsciente realizamos a diario partiendo de aspectos tan cotidianos y automatizados como el cómo vestirnos o qué comer. A pesar de ello, en ciertas ocasiones nos hemos podido ver en la situación en la que decidirnos por algo nos ha costado más trabajo de lo habitual, ya sea porque había más de una opción que nos resultaba atractiva, porque nada nos convencía por completo o porque considerábamos que era una elección con mucha relevancia en nuestra vida.  Partiendo de dichas premisas, se ha definido la indecisión como la falta de determinación ante una situación que dificulta decidirse de una manera segura y tranquila. Quizás tras leer esto, todos nos hayamos podido sentir identificados en menor o mayor medida por haber vivenciado una situación similar a lo largo de nuestras vidas, pero ¿en qué momento se convierte la indecisión en un problema? Se considera que es un problema cuando esta adquiere una gran relevancia en el funcionamiento diario de las personas. Es decir, se manifiesta como un síntoma impidiendo la elección de aspectos mínimos y sin mucha trascendencia e impidiendo así un adecuado funcionamiento en el día a día de los sujetos. Ante esta incapacidad para decidir entre opciones tan simples como por ejemplo; qué zapatos comprar, qué película ver o qué plato elegir entre las opciones del menú de un restaurante, los sujetos experimentan una serie de síntomas entre...