por Rakel Martín | Sep 25, 2023 | Web |
La disfagia se define como la dificultar para tragar los alimentos líquidos y/o sólidos debido a la afectación de una o más fases de la deglución. Así, la afección puede presentarse en la preparación oral del bolo o en el desplazamiento del alimento desde la boca hasta el estómago. En el momento del diagnostico de la disfagia es de vital importancia realizar un adecuado diagnostico diferencial con la odinofagia, que es el dolor desencadenado por la ingesta de determinados alimentos. Como consecuencia de la disfagia puede producirse penetración de material alimentario en vías diferentes a la digestiva lo cual provoca, en algunas ocasiones, episodios de aspiración traqueal o bronquial, o incluso aspiraciones silentes. Estas últimas no vendrían acompañadas de ningún tipo de sintomatología. Las complicaciones que se derivan de la disfagia orofaríngea son las complicaciones respiratorias (infecciones respiratorias o neumonía por aspiración); la desnutrición y/o deshidratación, es decir, que el paciente no ingiera la totalidad de calorías, nutrientes y agua que necesita una persona para estar bien nutrida e hidratada. Además, se debe tener muy en cuenta el deterioro de la calidad de vida del paciente que padece dicha patología. Resulta muy común que la persona con disfagia rechace comer en público, y que el placer por la comida se vea muy influido por sus dificultades a la hora de deglutir. Incluso se puede hablar de un miedo a comer debido a los posibles atragantamientos. Existen diferentes maniobras para rehabilitar la disfagia, que se van a proceder a explicar de forma breve, a continuación. Sobre todo, el fundamento teórico sobre el que se sostiene cada una: Deglución supraglótica: el paciente...
por Rakel Martín | May 22, 2023 | Web |
Dificultades en el lenguaje y la comunicación en la Enfermedad de Parkinson. La Enfermedad de Parkinson (EP) es la segunda enfermedad neurodegenerativa más frecuente después del Alzheimer, afectando entre un 2 y un 3% de la población mayor de 65 años. Dicho trastorno tiene su origen en la pérdida de neuronas dopaminérgicas en la sustancia negra, y en la acumulación intracelular de agregados de la proteína alfa-sinucleína. Así, el déficit de dopamina acarrea el deterioro funcional de los ganglios basales y de los circuitos motor cortico-estriados implicados en el funcionamiento motor y en otros dominios cognitivos. A pesar de que las manifestaciones más evidentes de la EP son las alteraciones motoras como la rigidez, el temblor y bradicinesia, y otros síntomas no motores, como las alteraciones perceptivas, el deterioro cognitivo y los cambios afectivo-conductuales (ansiedad, depresión, apatía, etc.), es importante tener en cuenta, que dichos pacientes, también puede presentar sintomatología asociada a problemas en las áreas de habla, lenguaje y comunicación. De esta manera, el estudio del lenguaje en la EP se ha centrado, tradicionalmente, en los aspectos motrices del mismo, sin tener en cuenta otros aspectos no motores que pueden determinar las posibilidades de comunicación de estos pacientes y que, por tanto, inciden en la calidad de vida de los mismos. Por ello, el estudio del lenguaje en dicha enfermedad se ha incrementado en los últimos años, incluyendo dichos aspectos no motrices, unidos a los motores que anteriormente ya se habían tenido en cuenta. Aspectos motores del lenguaje en los pacientes con EP: En el 90% de los pacientes con problemas de articulación, fonación, prosodia y fluidez del...
por Rakel Martín | Feb 27, 2023 | Web |
La naturaleza de la disfemia o tartamudez es un ámbito que todavía suscita gran interés y es, desde hace siglos, objeto de investigación en relación a los posibles factores que influyen en su aparición. Entre estos factores se encuentra los referentes a la genética, a la biología, a la psicolingüística y, por último, al ambiente. A continuación se va a describir de forma breve la influencia que puede ejercer cada uno de estos factores en la aparición de la disfemia. Factores psicolingüísticos. Las posibles anomalías encontradas, tanto en factores lingüísticos como articulatorios, que son necesarios para el correcto desarrollo del habla, favorecen la aparición y mantenimiento de las disfluencias, entre ellas la tartamudez o disfemia. Así, los niños/as con una tartamudez temprana, en general, presentan un menor desarrollo del habla, y es frecuente que, a su vez, también lo presenten así en relación al lenguaje. En concreto, dichos niños/as, que presentan una disfemia persistente, presentan un menor nivel de desarrollo articulatorio y una velocidad del habla mayor (Salgado, 2005). Varios estudios, además, han propuesto que, la comorbilidad entre problemas de fluidez y trastornos del lenguaje, es considerada como un factor de riesgo para el mantenimiento de la tartamudez. Además, un desarrollo motor del habla atípico constituye una característica temprana de la tartamudez (Salgado, 2005; Walsh et al. 2015). Por otro lado, Coulter et al. (2009), mantienen que los desajustes del niño/a en el desarrollo de habilidades específicas en relación al habla y al lenguaje y los intentos por parte de estos/as de reconducir dichos desajustes, pueden tener como consecuencia que se puedan dar más alteraciones en la fluidez del...
por Rakel Martín | Dic 19, 2022 | Web |
Entre las diferentes disfluencias asociadas a la disfemia encontramos prolongaciones, bloqueos y alargamientos de sonidos y/o sílabas. Según Salgado (2005), las repeticiones de frases y palabras son disfluencias asociadas a una tartamudez límite. Sin embargo, el tratamiento de la disfemia no se limita a mejorar la fluidez del habla, a suavizarla y a reducir la aparición de dichas disfluencias, sino que también hay que tener en cuenta otros factores que afectan de manera significativa a la calidad de vida de la persona que nos encontramos en consulta. De esta manera, es importante conocer qué tipo de comportamientos secundarios se asocian a la disfemia y pueden ser clave para la detección y diagnóstico de la misma. Comportamientos fisiológicos. Entre este tipo de comportamientos secundarios asociados encontramos el hecho de hacer fuerza con los músculos del aparato fonador, poner los ojos en blanco, parpadear de forma continua, hacer fuerza con el cuello, mover la mandíbula quedando ésta incluso algo desencajada, intentos de hablar durante la inspiración, una baja tasa respiratoria, una descoordinación articulación-fonación y unos movimientos retrasados e imprecisos. Además, en algunas ocasiones, podemos encontrar tics asociados a las disfluencias que, en el momento de habla fluida no aparecen, quedando, por tanto, asociados únicamente a las propias disfluencias. Comportamientos verbal-lingüísticos. A nivel verbal podemos encontrar diferentes manifestaciones asociadas a la disfemia: una baja intensidad de la voz, un ritmo monótono, excesiva velocidad o lentitud del habla, uso frecuente de interjecciones, repetición de frases y/o palabras, etc. De hecho, las personas con tartamudez suelen sustituir la palabra en la que aparece la disfluencia por un sinónimo, utilizan muchos circunloquios, e intentan retardar la aparición...