Los trastornos de la conducta alimentaria (anorexia nerviosa, bulimia nerviosa, trastorno por atracón…) son trastornos graves mucho más frecuentes en mujeres, y mayormente en mujeres jóvenes, en las sociedades desarrolladas donde se enfatiza la delgadez. Estos trastornos suelen interferir en el funcionamiento social, familiar, académico y laboral; además de provocar un gran malestar. Aunque no se consideran trastornos de la conducta alimentaria, existen ciertas preocupaciones o conductas muy frecuentes en las sociedades desarrolladas, preocupantes y poco saludables como las dietas estrictas, una gran preocupación por la comida, los atracones, pesarse constantemente, sentirse desgraciada por su apariencia física, uso de laxantes… Al fin y al cabo, podemos entender que se trata de un continuo donde en un extremo tenemos la “preocupación por la comida, el peso y la imagen personal” y en el otro extremo los trastornos de la conducta alimentaria graves (Raich, 2017).
Las navidades están a la vuelta de la esquina y empieza esa época del año donde las celebraciones se realizan alrededor de la comida. Esta época suele ser muy difícil para las personas con problemas de la conducta alimentaria e imagen personal por diversas razones.
Por una parte, solemos comer más de lo habitual en estas fechas y las comidas suelen ser más contundentes o copiosas. Así, suele ser muy habitual escuchar en el ámbito familiar y social comentarios del tipo “me he pasado” “después de las navidades empiezo la dieta”… Y suelen surgir sentimientos de culpabilidad y pérdida de control.
Es importante entender que aunque se haya comido más de lo habitual no hay nada que compensar y que lo recomendable sería seguir con las rutinas saludables que se tenían antes o crear unos nuevos hábitos que sean sostenibles a largo plazo. Aunque a corto plazo restringir ciertos alimentos o compensar con ejercicio físico alivie la culpa, a largo plazo pueden surgir o reforzar conductas de riesgo para desarrollar un trastorno de la conducta alimentaria.
Por otra parte, en estas fechas compartimos mucho más tiempo con familiares y amigos y los comentarios sobre el físico y la imagen personal suelen ser muy comunes en las mesas de navidad, sintiéndose así juzgadas e incomprendidas. Ante estos comentarios es importante por una parte poner límites si se quiere, ya que ninguna persona tiene derecho a hacer juicios u opinar sobre el físico de la gente; y por otra parte, trabajar el autoconcepto y la autoestima más allá de la imagen personal, ya que la valía de las personas no depende de ello.
En resumen, las navidades son una época difícil para las personas con problemas de imagen personal y problemas de la conducta alimentaria, por ello, es importante ser más compasivas con nosotras mismas, trabajar la flexibilidad entendiendo que la alimentación se adapta a una circunstancia concreta donde el disfrute tiene mucha importancia y ser críticas con el modelo estético corporal que presiona.
Bibliografía
Raich, R.M. (2017). Anorexia, bulimia y otros trastornos alimentarios. Ediciones Pirámide.