Lazos afectivos y Estilos de Apego

Actualmente, tenemos acceso a tal cantidad de información que es habitual estar familiarizados con diversos conceptos relativos a disciplinas científicas que hace pocos años quedaban restringidos al uso entre profesionales. Un ejemplo de ello es el concepto de los Estilos de Apego; y es que, ¿quién no ha escuchado alguna vez “eso de los estilos de apego”? En este post intentaré explicar de forma sencilla y desde una perspectiva fiel a la teoría algunas claves relacionadas con el Apego que nos pueden venir bien para conocernos y entendernos un poquito más a nosotros y nosotras mismas. Cuando nacemos somos tan vulnerables que necesitamos de alguien que asegure nuestra supervivencia y desarrollo; para ello, disponemos del sistema de apego, el cual además de la posibilidad de sobrevivir nos permite obtener seguridad emocional ante posibles amenazas. Este sistema es innato y se manifiesta a través de conductas como buscar, seguir y mantener la proximidad con una figura que nos proteja, usar a esa figura como base para la exploración y como refugio. En el bebé la configuración del cerebro, a diferencia de otros órganos, es muy básica e inmadura. Si bien es cierto que el desarrollo cerebral está programado genéticamente, las experiencias interpersonales modulan dicho desarrollo. De modo que desde que nacemos y a medida que se va desarrollando nuestro cerebro en el contexto de los vínculos de apego, se van configurando patrones de organización neuronal que van determinando nuestros patrones psicológicos. De esta forma, las experiencias tempranas que tenemos en la infancia con nuestras figuras de referencia son las que nos proporcionan el atrezzo que va a ir configurando el...