por Nayara Ortiz de Guinea | Abr 30, 2020 | Web |
El dolor es un sistema de alarma que nuestro sistema nervioso pone en marcha para informar de que algo no está yendo bien. El dolor es una experiencia subjetiva que genera malestar, puede ser concreto o generalizado, puede ser por causa específica o inespecífica y puede ser agudo o crónico. El dolor agudo es un dolor que requiere atención médica inmediata y tratamiento para paliarlo, sin embargo el dolor crónico no se soluciona con un tratamiento médico puntual y exclusivamente físico, dura más de tres meses y afecta a la vida diaria del que lo padece además, es habitual que también de una u otra manera, interfiera en su entorno más cercano (familia). El dolor crónico, no requiere el mismo tratamiento que el agudo, ya que tiene variables influyentes diferentes a las que es importante atender. Acompañando a la experiencia desagradable sentida por el sistema nervioso, va sintomatología psicológica como la depresiva o la ansiosa, que a su vez generan más sensación de dolor, provocando un círculo vicioso que no favorece el bienestar de la persona que lo padece. Las personas que padecen este tipo de dolor, sienten que no se les atiende correctamente ya que aunque sienten dolor, no suele haber diagnóstico específico para su dolencia o tratamiento que lo resuelva del todo. Es habitual tener pautados fármacos que aunque calman, no eliminan del todo el dolor, y además al ser tratamientos crónicos, el problema se agrava, pues el organismo se habitúa a la dosis originaria y cada vez es menos sensible al efecto, provocando inevitablemente un aumento de dosis para notar mejoría, sumando evidentemente los perjuicios que...